Hay siempre una canción para cada época en la vida. Notas que nos evocan a un campamento de verano, a unas vacaciones en la playa, a un viaje por Europa. Es muy común que nuestras mentes vinculen ciertas experiencias con melodías. Yo tengo claro cuales fueron las canciones que me acompañaron en cada país. Son temas que no llegan a nuestros países o que con frecuencia se quedan en sus regiones. Algunas son buenas, otras pegadizas y de otras nos avergüenzan pero a fuerza de oírlas a diario en tiendas, restaurantes, discotecas y en la radio, se terminan convirtiendo en compañeras de viaje.
En Estados Unidos era
genial levantar los brazos con orgullo cuando sonaba la versión
masterizada de “Empire of Mind” desde que supe que me mudaría de
Washington DC a Nueva York. Mientras cursaba el
programa de verano INSIDE organizado por ICADE y Georgetown en
Washington, mi amigo Ñaco ponía constantemente en su móvil una de
reggaeton, “Barquito” de Tito Bambino. Estas dos son tan accesibles y
comerciales que obviaré sus links.
No obstante, la canción que se convirtió en la banda sonora de mis recuerdo de la gran Ciudad fue la que oí y grabé en una parada de metro de una estación neoyorkina... ahí la dejo:
En París conocí a Serge Gainsbourg y Juliette Gréco de la mano de una amiga de Orleans que me llevó a un show de una melancólica artista que se hacía llamar la Comtesse (la Condesa) y que cantaba las canciones que ambientaron aquel barrio de Saint-Germain-des-Prés en los años 50 y 60.
Ahora bien, África fue algo distinto. Música y ritmos que jamás había oído antes con su particular forma de bailar. Empezamos por Arusha, Tanzania:
En el #1 se sitúa sin
lugar a dudas “Hakunaga” de Suma Lee. La palabra “Hakunaga”
es una forma coloquial (influenciada por una lengua tribal que deja
caer un “ga” al final de algunas palabras) de “Hakuna” que
significa “nada", "nadie", "no hay nada" o "no hay nadie”. Es la misma célebre palabra acuñada en la banda sonora de El Rey Leon, Hakuna Matata.
La canción dice así: Hakunaga, zaidi yangu mi' na wewe (el mi´es
la versión abreviada de “mimi”, que significa “yo”), que
quiere decir “no hay nadie más (mejor) que tú y que yo”.
Algo especial de esta
canción es que tenía su propia coreografía que todo el mundo
repetía en la mejor discoteca de Arucha... aquellas fantásticas
noches de jueves en Via-Via.
En el #2 se coloca “Nwa
Baby”, más conocida como “Sawa le”, de Flavour. Su letra en
una lengua local nigeriana mezclada con un poco de inglés no permite
ser traducida por respeto a la decencia... pero es genial escucharla.
En #3 posición queda
“FaceBook” con Dj Cleo, desde Sudáfrica. La mayor parte en
inglés.
Hay otras tantas que
sonaban con cierta frecuencia como “Paper love”, “Chop my Money”
or “One More Night”.
De Ruanda me llevo una
gran canción que revolucionó el verano de Kigali. Se trata de “Pala
Pala”, de King James. Básicamente, el cantante le dice su pareja
que se aclare y que se deje de tonterías; de sí, de no, en fin, que
se deje de “pala-pala”.
De la India me llevo los sonidos de Bollywood y por tanto el hit que descubrí allí: "Mast Kalandar", tema de la película Heyy Babyy.
Cambiando de tercio nos teletransportamos hasta el Sudeste Asiático. Este es otro mundo. El ritmo se deja de lado en beneficio de lo melódico, romántico, lo muchas veces cursi y en resumidas cuentas, lo susceptible de ser cantado en un Karoke, el entretenimiento regional/continental asiático.
Cambiando de tercio nos teletransportamos hasta el Sudeste Asiático. Este es otro mundo. El ritmo se deja de lado en beneficio de lo melódico, romántico, lo muchas veces cursi y en resumidas cuentas, lo susceptible de ser cantado en un Karoke, el entretenimiento regional/continental asiático.
De Camboya os dejo la
canción más cursi, no apta para diabéticos, pero que en un intento
de ser rigurosos y de presentar lo que realmente se escucha en el
país, hay que incluir. Existen dos versiones; una primera, cantada por un
chico, y una segunda, entonada por una mujer, que corresponde con una secuela de la historia relatada en la versión original. Se llama “sangsar leng leng”
y síginifica “amante falso”, en jemer, la lengua oficial del
Reino de Camboya.
Finalmente,
representando a Indonesia, una canción muy pegadiza que me enseñó mi amigo javanés, Ashyafat. Se titula “Pandangan Pertama”, de RAN. Está
cantada casi íntegramente en indonesio (bahasa indonesia).
Escuchad más canciones curiosas de otros países y disfrutad de películas internacionales en otros entradas de este blog:
¡Que las disfrutéis!
Escuchad más canciones curiosas de otros países y disfrutad de películas internacionales en otros entradas de este blog:
Thank you for this musical journey!! I noticed there are at least 2 we listen to in Guadeloupe :) I really enjoy the African,Indian and Indonesian songs, even though the videos are sometimes a bit kitsch haha
ResponderEliminarxoxoxo