Poco se habla de esta antigua
república soviética en el Cáucaso, pero en realidad se trata de un precioso y
apasionante país que vale muchísimo la pena visitar. En la entrada de hoy, le
echamos un vistazo a su capital, Tiflis, o como los locales la llaman: Tbilisi.
1 – Historia
La primera razón para visitar
Georgia es su historia. Muchos opinan que fue en esta tierra donde el hombre remató
su propia evolución. Numerosos historiadores adjudican a los georgianos de la
antigüedad el privilegio de ser uno de los grandes motores culturales de la
antigüedad extendiéndose por el Caucaso, la Anatolia, descendiendo por
Mesopotamia y hasta el Egipto septentrional. Otros establecen vínculos entre
los georgianos y los primeros habitantes de la Península Ibérica, sobre todo, la
zona de Euskadi. No en vano el antiguo reino de Georgia era en su origen
conocido como Iberia. Hay quienes ven este nombre, no una simple coincidencia, sino
una reminiscencia de aquella antigua conexión. Otra prueba de esa ancestral
conexión es asombroso parecido entre algunas palabras georgianas y vascas.
Al final, como sucedió con muchas
otras naciones, su influencia y tamaño fueron menguando, dividiéndose en pequeños
reinos que podemos agrupar en Georgia Occidental y Oriental, en continua
disputa entre persas y otomanos hasta que el Imperio Ruso y más tarde la URSS
la hizo suya desde 1800 hasta 1991.
Mientras muchos piensan que el
nombre de Georgia viene de “San Jorge”, lo cierto es que tiene origen griego y
significa “lugar de la agricultura”. Y es que se cree que fue en el Cáucaso
donde el ser humano desarrolló y perfeccionó sus aptitudes agrícolas… Esto nos
lleva a la segunda razón…
2 - El Vino:
Georgia es reconocida como la
cuna del vino. Una tradición milenaria en su contexto agricultor, desarrollando
y perfeccionando las técnicas de cultivo. El vino es una parte integrante de la
cultura georgiana que poco a poco fue conquistando las mesas de los griegos y
romanos hasta llegar a nuestros días.
3- Paisajes:
Tiflis es una ciudad de más de un
millón de habitantes que regala un paisaje donde la montaña, el río y la zona
urbana se funden. El cauce del Kurá divide a la capital en dos márgenes,
izquierdo y derecho, éste último acogiendo el centro de la ciudad y su casco
antiguo.
Flanqueada por montañas y colinas, un funicular y un telecabina permiten llegar a la cima y disfrutar de las magníficas vistas. De un lado, el viejo monasterio ortodoxo. Más arriba, en la cima, restaurantes y un privilegiado mirador. El telecabina nos transporta hasta el castillo que corona el monte y hasta aquella gran escultura, alegoría de la ciudad, que representa a una mujer que ofrece vino al visitante amistoso con una mano y muestra su espada con la otra para el invasor.
Vieja imagen de la ciudad en la que se puede apreciar el funicular, el monasterio y el mirador en la cima de la colina |
4 – Arquitectura:
En Tiflis podemos toparnos con la
arquitectura civil, la religiosa con solera además de la más vanguardista.
Desde que San Nino de Capadocia
(actual Turquía) convirtiera al cristianismo en el 330 a Mirian, rey persa que
gobernaba sobre Georgia, este país ha sido un fortísimo defensor del
cristianismo ortodoxo. En la antigua catedral se puede ver la cruz original de
San Nino y fuera de la ciudad antigua se puede visitar la segunda catedral
ortodoxa más grande del mundo.
La noche da un protagonismo
especial al castillo que domina la montaña.
La vanguardia llegó a Tiflis en
forma de puente y sala de conciertos:
5 – Museos
Tiflis está bien nutrida de
museos que custodian los tesoros, la historia y el arte pictórico de la nación:
Museo Nacional: una guía de
excepción, la Sra. Lamara que habla perfectamente inglés y francés compartirá su
extensísimo conocimiento sobre la historia de su patria a través de elementos
de 10 mil años de antigüedad (una piedra tallada), pasando por la edad de
bronce hasta llegar al exquisito y refinado tratamiento del oro, joyas y
tesoros de la cultura georgiana.
El animal nacional de Georgia es el ciervo que ya en la antigüedad gozaba de un halo de divinidad |
Museo de Bellas Artes: custodia los
grandes tesoros de Georgia. Con piezas de épocas posteriores a las que
encontraremos en el Museo Nacional, estas obras del arte sacro ortodoxo
demuestran el poderío artístico de esta pequeña nación.
Museo de Arte: En el campo
pictórico, Georgia roza el cénit del posimpresionismo de la mano de 3 grandes
artistas del siglo XIX y principios del XX:
Firosmani:
Gudiashvili:
Gabashvili:
6 – Comida
La gastronomía Georgiana es
excelente, deliciosa. Los vinos antes mencionados acompañan a platos típicos
como:
khinkali
khachapuri
acharuli
7 – Baños de agua sulfurosa:
La última noche en Tiflis exige
descanso y relajación en sus baños de aguas sulfurosas. No en vano, el rey que
fundó la villa, Vakhtang I Gorgasali, lo hizo tras ver cómo su halcón de caza caía directo sobre ciénagas de aguas sulfurosas y calientes. Es por esto que Tbilisi significa originalmente, “aguas calientes”.
Siempre se escucha citar los
baños turcos, los árabes y las saunas finlandesas… no obstante, también existe
un lugar adicional a estos refugios de relajación: los baños de aguas
sulfurosas georgianos.
Existen varios baños
tradicionales y muchos se disputan haber acogido en sus visitas a la región al
célebre poeta ruso, Alexander Pushkin. Si bien algunos ofrecen extraordinarias
fachadas como la de la foto, podemos recomendar los Royal Baths. Aquí se alquilan
salas de baño privadas por 40 laris más masaje y enjabonado por 20 laris más por
persona. Un vestuario y finalmente una sala con una pequeña piscina, o gran
bañera, según se vea. El agua sulfurosa está caliente y resulta
sorprendentemente relajante. A la media hora el masajista exfoliará la piel del
usuario, lo enjabonará y dará un masaje. Tras una ducha se puede uno volver a
sumergir en las aguas sulfurosas. Una experiencia imprescindible.
8- Cultura:
Una de las experiencias más
apasionantes de un viaje a Georgia es el choque cultural, o mejor dicho, el
descubrimiento de su extensísima idiosincrasia.
Cabe destacar su idioma que no
pertenece a ninguna otra familia lingüística, ni a la indoeuropea, ni a las del
Altái.
Además cuentan con un alfabeto
propio sólo utilizado en georgiano.
Si bien es un país de escasas
dimensiones cada región ha desarrollado su propia vestimenta tradicional. Este
es un ejemplo del sombrero típico georgiano.
Finalmente cabría mencionar sus
llamativas danzas folclóricas:
9- Alrededores:
Tiflis es el más cómodo punto de
acceso al país. Desde allí se pueden explorar ciudades costeras como Batumi,
los espectaculares pico y valles del Cáucaso o pequeñas aldeas cerca de la
capital como Gori, pueblo natal de Stalin… que sí, era georgiano.
Es también el puerto de entrada
más recomendable para iniciar un viaje por todo el Cáucaso: Armenia y Azerbaiyán.
10- Es baratísimo
La divisa nacional, el Lari Georgiano, está
a 2,34 en relación al euro. Trasladarse por la ciudad de Tiflis, comer y visitar
los museos resulta increíblemente económico.
Un trayecto en taxi por el centro
no debería superar los 5 Lari.
Entrada en los museos: 6 Lari.
Comer en un restaurante
tradicional: 10 Lari.
Volar allí también puede ser muy
barato desde Estambul, por ejemplo. Allí opera la aerolínea Pegasus que por
entre 70 a 90 euros nos llevará al corazón del Cáucaso.
Los ciudadanos de países miembros
de la Unión Europea no precisan visado.
¡Así que no lo dudéis y preparad vuestro viaje a Georgia!
No os perdáis otros consejos de viajes como:
Excelente post. Estoy recién llegado de Tbilisi y por desgracóa no conocía de tu blog, que me hubiera sido de ayuda. Desde luego, Narikala con nieve está preciosa!
ResponderEliminarUna saludo, y si quieres te pasas por mi blog donde iré subiendo posts de Georgia y también de Armenia.
Un saludo viajero.